Bosque “Vicente Menchú” en Chimel

Ubicado en el corazón de la región del Quiché, Guatemala, se encuentra este bosque de profundo significado cultural y ecológico. Ubicado en la comunidad de Laj Chimel, Uspantán, este bosque es un testimonio viviente de la conexión ancestral de los pueblos indígenas con la naturaleza y un espacio vital para la conservación de la biodiversidad.

El Bosque Vicente Menchú es un ecosistema de bosque nuboso que se extiende por numerosas hectáreas, ofreciendo un hábitat crucial para diversas especies de flora y fauna, muchas de ellas endémicas y en peligro de extinción. Este entorno no solo es un refugio para la biodiversidad sino también un espacio sagrado que ha sido preservado durante el tiempo por la comunidad.

Este bosque es también la tierra natal de la doctora Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz en 1992. Nacida en la comunidad de Laj Chimel, la Doctora Rigoberta ha compartido en diversas ocasiones cómo la niebla que envuelve el bosque y los cantos de los abuelos le transmitieron enseñanzas profundas sobre la vida y la conexión con la Madre Tierra. En sus palabras, el bosque es una «fábrica de oxígeno, un lugar donde se mezclan los suspiros y cantos de los abuelos árboles”.

Como Fundación Rigoberta Menchú Tum, hemos impulsado iniciativas para la conservación de este valioso ecosistema. El Bosque Vicente Menchú no es solo un patrimonio natural, sino también un símbolo de la lucha por la justicia ambiental y social. Es un recordatorio de que la preservación de nuestros ecosistemas está intrínsecamente ligada al respeto y reconocimiento de los pueblos indígenas y sus saberes ancestrales. Apoyar iniciativas como la conservación de este bosque es contribuir a un futuro más sostenible y justo para todas y todos.

Proteger la biodiversidad en el bosque nuboso de Chimel es vital para el equilibrio de todas las especies pero sobre todo para poder coexistir en una plenitud de vida, es por ello que desde el año 2021 la Fundación Rigoberta Menchú Tum inició los grandes esfuerzos de proteger un total de 217 hectáreas del bosque nuboso, los cuales son gran fuente hidrológica para todas las comunidades que rodean este maravilloso ecosistema, desde la propia neblina, nacimientos, ríos, cascadas, formando así un santuario natural que funciona como refugio de especies de flora y fauna únicas en Guatemala y el mundo. Un espacio que protege el desplazamiento de especies por la tala ilegal de árboles y la depredación extrema de especies en peligro de extinción. 

Para la Fundación Rigoberta Menchú Tum es una gran inversión estratégica en la salud del planeta tierra, preservar las fuentes hídricas así como luchar por la protección de la diversidad de especies en el bosque nuboso es una misión de paz que tenemos a perpetuidad.